jueves, 27 de julio de 2017

CONFIRMAN EFECTOS DE LAS EMOCIONES POSITIVAS





Confirman que las emociones positivas mejoran la salud: 

¿cuáles experimentas tú día a día?

Un estudio determinó que los sentimientos positivos reducen los niveles de inflamación y, por lo tanto, disminuyen el riesgo de padecer males como la diabetes o la enfermedad coronaria. 

No solo ser feliz ayuda a ser saludable, sino que existen una serie de otras emociones positivas que al experimentarlas a diario, reducen la inflamación y, por lo tanto, disminuyen el riesgo de padecer males como la diabetes o la enfermedad coronaria. 

Así lo determinó un estudio en el que participaron 175 personas de entre 40 y 65 años, quienes durante un mes debieron registrar en un diario qué emociones positivas experimentaban día a día. 

Seis meses después, los investigadores les tomaron muestras de sangre para hallar marcadores de inflamación. 

Al analizar los resultados, los científicos descubrieron que experimentar una amplia gama de emociones positivas, reduce los niveles de inflamación. 

"Hay muchos tipos de felicidad y experimentar diversos estados emocionales positivos, podría reducir la vulnerabilidad de una persona, al evitar que una sola emoción domine su vida"

Declaró Anthony Ong profesor de medicina paliativa y geriátrica en la Universidad de Cornell. En ese sentido, Ong aseguró que la simple práctica diaria de etiquetar y categorizar los buenos sentimientos, "puede ayudarnos a experimentar emociones más diferenciadas en distintos contextos". 

Esto es tremendamente valioso, dado que el etiquetar las emociones diariamente, implica un estado de "consciencia presente" que favorece el foco en pensamientos positivos, fuentes de emociones positivas. se trata de fortalecer el "ser conscientes" de nuestro estado  durante la jornada cotidiana y hacernos cargo de nuestro bienestar.

Muchas personas están enfocadas en " lo difícil" que es "la vida", el poco tiempo, o carencias que viven, o se enfocan en circunstancias desfavorables fortuitas que padecen, y utilizan un pensamiento y lenguaje "generalizador" respecto a esas situaciones. Neurológicamente se ha logrado comprobar con la PNL ( Programación Neurolinguística,) que los estados mentales y emocionales, son precedidos por pensamientos negativos muchas veces generalizadores tales como " a mi siempre me suceden estas cosas....", "a mi nunca me resultan ....." . Esos mecanismos generalizadores de lo negativo en nuestras vidas, incrementan la percepción de sentimientos sumatoriamente negativos incluso de experiencias antiguas semejantes a las vividas en el presente, lo que hace que se incremente artificialmente ese estado no deseado.

El poner el foco en las emociones positivas y etiquetarlas, cambia el foco. Permite el desarrollo de el mismo mecanismo solo que asi se fortalece la atención en lo "bueno" que la persona vive y el inconsciente instantáneamente trae de la memoria otros eventos positivos con dichos sentimientos que estaban guardados en la memoria y se vuelven a sentir en el presente. Se crea este nuevo hábito positivo en el modo de enfocar el pensamiento y sus efectos en la salud son inmensos, comenzando por fortalecer la inmunidad y enaltecer la consciencia de la "propia identidad del ser".

A continuación la lista de emociones positivas mejoran la salud. 

¿Cuáles experimentas tú día a día? 

1.- Entusiasmo 
2.- Interés 
3.- Determinación 
4.- Emoción 
5.- Diversión 
6.- Inspiración 
7.- Alerta 
8.- Actividad 
9.- Fortaleza 
10.- Orgullo 
11.- Atención 
12.- Felicidad 
13.- Relajación 
14.- Alegría 
15.- Estar a gusto 
16.- Calma

24 de Julio de 2017 |Emol  
PNL y Salud "Niveles Neurológicos"

jueves, 6 de julio de 2017

LIMITACIONES DEL INCONSCIENTE- COMER EN EXCESO -PUEDE SUPERARLO CON PNL



¿Qué podemos decir de las estrategias limitadoras, como la de comer en exceso?

Un amigo me contó “En otros tiempos yo pesaba ciento diez kilos. ¿Cómo me hinché hasta alcanzar semejante gordura? Muy fácil. Desarrollé una estrategia de «engullir», es decir de comer demasiado. Y ella me dominaba a mí. Descubrí cuál era cuando me puse a pensar en las ocasiones en que, sin tener hambre, instantes después experimentaba un apetito feroz. Mientras me retrotraía a esas ocasiones, me pregunté la causa de tales ganas de comer. ¿Era algo que veía, algo que oía o algo que sentía? Me di cuenta de que era algo que veía.

Conduciendo por la calle, por ejemplo, divisaba los anuncios de una determinada cadena de restaurantes rápidos. Tan pronto como los veía formaba una imagen en mi mente, figurándome que allí tendrían mi plato favorito, y luego me decía a mí mismo: 

«OH, ¡qué hambre tengo!». Con esto se me despertaba una sensación de hambre, a la que yo reaccionaba deteniéndome a pedir ese plato. Y esto aunque no tuviese nada de hambre en el momento de ver los avisos que disparaban en mí esa estrategia. Y aquellos anuncios estaban por todas partes. Además, bastaba que alguien me preguntase: «¿Vamos a comer algo?», para que yo empezara a imaginar (a formar imágenes mentales) determinadas comidas. Entonces me decía a mí mismo: «OH, ¡qué hambre tengo!», con lo que se creaba la sensación de hambre, y respondía: 

«Sí, vamonos a comer». También estaban aquellos anuncios de la televisión, que mostraban un plato exquisito tras otro, y era como si me preguntasen: «¿No tienes hambre?... ¿No tienes hambre?». Y mi cerebro reaccionaba formando imágenes, y yo me decía: 

«Oh, ¡qué hambre tengo!», lo cual creaba la sensación que me llevaba derecho al restaurante más cercano. Al fin, logré cambiar mi conducta por el procedimiento de cambiar mi estrategia.

Lo conseguí haciendo que, al ver la comida, o los avisos de comida, me viera yo mismo delante del espejo, en el acto de contemplar mi cuerpo feo y gordo, y diciéndome: «Estoy asqueroso. Puedo prescindir de esa comida». Luego me imaginaba haciendo ejercicio y veía mi cuerpo cada vez más fuerte, y me decía: «¡Buen trabajo! Empiezas a tener buen aspecto», con lo que me creaba el deseo de hacer ejercicio. 
Asocié todas estos elementos mediante la repetición (ver el anuncio o cartel, ver inmediatamente mi propia y gorda y fea imagen, escuchar mi diálogo interior y así sucesivamente), según el ejercicio del chasquido, hasta que bastó ver los anuncios o escuchar la invitación de salir a comer algo para disparar automáticamente mi nueva estrategia. 

El resultado producido por esa nueva estrategia es mi peso normal actual y los hábitos alimenticios que logré hasta hoy".


Usted también puede descubrir las estrategias mediante las cuales su mente inconsciente crea resultados tal vez indeseables y puede cambiar esas estrategias ¡ahora mismo!