jueves, 30 de junio de 2016

EMOCIONES QUE CURAN


Las curaciones espontáneas son una realidad. El cuerpo tiene una especie de ‘farmacia’ interna y puede sintetizar sus propios medicamentos, solo hay que encontrar el lenguaje mental o emocional que ponga en marcha ese mecanismo de sanación. l
En la última década, tanto las ciencias médicas como las tecnologías aplicadas al diagnóstico y a la cirugía han progresado a una velocidad muy superior a todos los avances del siglo XX. Pero no sólo se han visto grandes mejoras en la medicina, sino que también se han dado pasos gigantescos en el conocimiento de la biología y, en especial, en los campos de la neuroquímica en relación con el sistema nervioso central y el funcionamiento celular del organismo. Actualmente, son estos conocimientos los que nos permiten ir aclarando un grupo de fenómenos inexplicables hasta ahora para nuestro raciocinio. Se trata de las curaciones espontáneas, los milagros, las sanaciones chamánicas, el prodigioso efecto placebo y todo el conjunto de procesos de curación que no encuentra explicación en la medicina tradicional. Son situaciones en las que la acción mental logra curaciones similares a las conseguidas por la medicina convencional, y que incluso llega a sanarnos de ciertas enfermedades que resisten a tratamientos sofisticados. Partiendo del conocimiento actual, podemos arriesgarnos a asegurar que la mente, o mejor dicho, la unidad cuerpo-mente, es capaz de actuar mediante la acción de hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos sobre la propia farmacia interna del organismo. El cuerpo puede sintetizar cualquiera de las moléculas creadas en los laboratorios farmacéuticos; sólo es cuestión de encontrar el lenguaje mental para poner en marcha ese mecanismo interno. Las evidencias apuntan hacia el lenguaje emocional. Si las emociones negativas nos enferman, serán las positivas las que nos curen. O eso parece.
Para cada remedio elaborado por el ser humano, hay una molécula química elaborada por nuestro organismo. Si fuésemos capaces de utilizar nuestra farmacia interna en lugar de depender de la síntesis química y su secuela de efectos secundarios indeseados, el restablecimiento de la salud se transformaría en un proceso natural y al alcance de todos.”
Un chamán sin saberlo
El doctor B. Moseley del Bayley College of Medicine de Houston, Texas, no sabía que estaba actuando como un chamán. Pero, a diferencia de los curanderos del Amazonas, no vestía un atuendo de plumas ni empleaba una vara de madera sagrada ni trabajaba en una choza ahumada con hierbas curativas. Este médico había realizado cientos de cirugías artroscópicas (problemas en las articulaciones) empleando dos técnicas: el lavado del cartílago con agua a presión y la eliminación de tejido calcificado y afibrosado mediante raspado. Y, en los años 90, decidió hacer una prueba, a doble ciego, con dos grupos de pacientes para estudiar cuál de las dos técnicas era más efectiva. A sugerencia de la directora del hospital, optó por incluir un tercer grupo al que se le realizaría una operación placebo.
Las pruebas se hicieron entre los años 1995 y 1998 en tres grupos de 60 pacientes (que conocían y aceptaban formar parte del experimento y que podían ser sometidos a cualquiera de las tres operaciones). Todos los enfermos eran menores de 75 años y tenían dolor en la articulación de la rodilla muy desarrollada y dolorosa y que no respondían a los antiinflamatorios.
En las operaciones falsas se seguía todo el protocolo habitual, y tanto las enfermeras como el paciente ignoraban si se realizaría una intervención real o no. El paciente veía en un monitor todo el desarrollo de una operación normal, pero grabada. Se hacían las dos incisiones, y una vez finalizada la cirugía, se suturaban y se trataban con medicación antibiótica. El resultado fue espectacular. Las mejoras posoperatorias resultaron incluso mejores en los casos de operaciones placebo que en las reales. Diez años después, los pacientes aún siguen caminando, corriendo y practicando deporte, algo que antes ni siquiera soñaban hacer.
Atmósfera ritual
El propio doctor B. Moseley explica la importancia de la atmósfera ritual de sus operaciones. Consiste en habilitar un moderno quirófano, un especial tratamiento previo y posterior a la operación, enfermeras, instrumental, lo último en aparatos electrónicos de monitorización y él mismo con su bata verde de cirugía, mascarilla, gorro aséptico, lentes protectoras y manos enguantadas. 
Cada cultura responde a su chamán particular, pero el efecto es el mismo: la cura está en creer que la operación traerá la sanación, y no en la propia intervención quirúrgica. Hoy en día podemos encontrar una explicación a este fenómeno de cirugía placebo y abrir un nuevo y excitante camino hacia la nueva medicina: la de la curación espontánea.
Mientras el doctor Moseley operaba, la mente y el subconsciente del paciente generaban la auténtica curación. Se creaba una emoción positiva de sanación. Esta situación hace segregar un enorme número de neurotransmisores y hormonas que salen de las neuronas del sistema nervioso y actúan sobre todas las células del cuerpo, en especial sobre las células del sistema inmunitario y las glándulas suprarrenales. Unas restablecen el equilibrio del sistema inmunitario que probablemente estuviese atacando el cartílago afectado y otras detienen el proceso inflamatorio que estaba dañando el cartílago, o actuando sobre las suprarrenales para que segreguen cortisol; o incluso podrían actuar sobre las células madre del cartílago para que produzcan nuevos condrocitos que renueven el tejido. La emoción positiva actúa sobre los receptores de las células para que estas procedan a la curación.
No somos cuerpo por un lado y mente por otro: los mismos neurotransmisores y hormonas que se segregan y actúan en el cerebro se segregan también en casi todas las células del cuerpo.
Hay una comunicación química constante entre nuestras emociones y nuestro organismo. La comunicación es bidireccional: nuestras células provocan emociones y nuestras emociones provocan cambios a nivel celular.”
Las moléculas de la emoción
Candace Pert es una bióloga doctorada en farmacología por la Universidad John Hopkins que ha dedicado gran parte de su vida profesional a investigar sobre la bioquímica del cerebro en los laboratorios del Instituto Nacional de Salud. Fue la descubridora de los receptores opiáceos de las endorfinas del cerebro, lo que le hubiera supuesto el Nobel... de no ser mujer. 
Ya hacía tiempo que se sabía que las neuronas cerebrales tenían receptores opiáceos; es decir, que originaban cambios en el sistema nervioso central de los humanos cuando eran activadas por una molécula química de una planta. Pero hace unos treinta años se descubrió que, en realidad, las neuronas eran tanto o más sensibles a los opiáceos fabricados por el propio organismo: las endorfinas. Aunque parezca paradójico, todos deberíamos estar encarcelados: ¡podemos fabricar opio en nuestro interior!
En 1999 publicó Las moléculas de la emoción, que debería haber revolucionado la medicina oficial, pero fue despreciado por el entorno académico. Con sus estudios y los de otros colegas, Pert explica que casi todas las células de nuestro organismo contienen receptores de neuropéptidos (sustancias químicas neurotransmisoras), y muchas de ellas son además emisoras o secretoras de las mismas sustancias. Hoy se conocen unos 60 neuropéptidos, neurotransmisores y hormonas con función neurotransmisora, pero es probable que en el futuro se descubran nuevas moléculas transmisoras.
Su libro lleva un segundo título: La ciencia detrás de la conexión cuerpo-mente. Esto se debe a que por fin podemos explicar científicamente el funcionamiento holístico del organismo. No somos cuerpo por un lado y mente por otro, somos un continuo mente-cuerpo: los mismos neurotransmisores y hormonas que se segregan y actúan en el cerebro se segregan también en casi todas las células del cuerpo. Y estas sustancias liberadas por las células actúan en el cerebro.
La presencia de receptores de neuropéptidos en los monocitos revelada por Pert es suficiente para explicar las exitosas operaciones placebo del doctor Moseley. Los monocitos no sólo son células del sistema inmunitario (macrófagos), también tienen la capacidad de reparar todo tipo de tejidos al potenciar la diferenciación celular (los macrófagos tienen enzimas que les permiten tanto destruir como fabricar colágeno), por ejemplo, cartílagos.
Hay una comunicación química constante entre nuestras emociones y nuestro organismo. La comunicación es bidireccional: nuestras células provocan emociones y nuestras emociones provocan cambios a nivel celular.
Risa liberadora
Ese es el camino que emprendió Norman Cousins, aunque en 1975 todavía no se sabía tanto como ahora sobre el poder de los neuropéptidos. Padecía espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria autoinmune que oficialmente no tiene cura y que deforma progresivamente la espina dorsal. Una de las interpretaciones del origen de esta enfermedad se basa en anomalías en la renovación del colágeno, en especial el que conforma los discos intervertebrales. Entonces Cousins decidió, en común con su médico, tomar grandes dosis de vitamina C (fundamental para el colágeno). Pero también decidió que se reiría a carcajadas un mínimo de dos horas diarias, para lo cual se compró varias colecciones de películas cómicas. Cousins sabía que la risa libera enormes cantidades de endorfinas y probablemente otras hormonas y neuropéptidos, y que estas le llevarían a la sanación. Y, en efecto, superó su enfermedad y además sobrevivió más de 35 años a problemas cardiacos congénitos.
En 1979 publicó un libro excepcional: Anatomía de una enfermedad, reflexiones sobre la curación y la regeneración. A partir de entonces y aunque no era médico ni científico, se dedicó a investigar acerca de la bioquímica de las emociones, adelantándose unos veinte años al libro escrito por C. Pert. La experiencia de Cousins nos pone sobre la vía curativa de las emociones positivas, la risa y la felicidad.
No hay duda de que las emociones positivas derivadas de conseguir llevar a cabo las soñadas expectativas de vida han sido exitosas para poner en marcha los mecanismos de autocuración.”
El estrés que nos enferma
El polémico doctor Ryke G. Hamer, especialista en medicina interna y catedrático de universidad de Heidelberg, tenía 43 años cuando decidió tomarse unas vacaciones junto con su mujer y su hijo. Mientras se encontraban en un barco frente a la mediterránea isla de Córcega, un aristócrata italiano disparó sin motivo alguno contra el hijo del doctor, que estaba durmiendo en cubierta, acabando con su vida. La trágica muerte, unida al complejo proceso judicial posterior, afectaron profundamente a la familia Hamer. El doctor desarrolló un cáncer de testículos, en tanto que su esposa, también médico, sufrió varios episodios cancerosos hasta fallecer, siete años después, a causa de un infarto. A partir de la muerte de su hijo, del desarrollo de su propio cáncer y el de su esposa, el Dr. Hamer inició una investigación médica y llegó a la conclusión de que ambos cánceres son el resultado del grave impacto emocional que sufrieron. Posteriormente formuló las bases de lo que denominó la Nueva Medicina. En esencia y en lo referido al origen emocional de las enfermedades, las ideas del doctor Hamer coinciden con las de otros científicos, pero su Nueva Medicina Alemana chocó frontalmente tanto con la ortodoxia médica como con los intereses de la poderosa industria farmacéutica: fue inhabilitado para ejercer la medicina, encarcelado en varias ocasiones y mantiene varias causas pendientes en Alemania.
Casi todos hemos oído hablar del estrés, pero muchos ignoran que el estrés es una emoción y, como tal, genera hormonas y neuropéptidos: el cortisol (la hormona del estrés), la adrenalina, noradrenalina y la encefalina, junto con abundante liberación de glucosa. El estrés, que fue diseñado por la evolución para que podamos huir o enfrentarnos al peligro, se ha transformado en un mecanismo de liberación de sustancias a la sangre que no son aprovechadas ni para lo uno ni para lo otro y que se acumulan en el organismo generando ansiedad, inmunodeficiencia, dolores musculares, insomnio, taquicardias y otras peligrosas reacciones que alteran el equilibrio homeostático. Así pues, según la teoría del doctor Hamer, el estrés continuo de su familia ante la muerte absurda de su hijo pasó años y meses sin resolverse, y causó… un cáncer.
Neuropéptidos y curación
Phoebe Snetsinger (1931-1999) era la abnegada madre de cuatro hijos que, a pesar de pertenecer a una familia millonaria y de tener aspiraciones intelectuales, lo postergó todo para dedicarse enteramente a su hogar. Esto le provocó una gran frustración, tal como lo reveló en su diario. A los 50 años fue diagnosticada de un melanoma y los médicos estimaron que le quedaba un año de vida. Fue entonces cuando decidió dedicarse plenamente a su entretenimiento favorito, al que apenas podía dedicar tiempo: la observación de pájaros. Vivió 18 años dedicada a ello y murió en plena labor en un accidente de automóvil en Madagascar. Nunca siguió ningún tratamiento contra su melanoma. Es considerada una de las expertas mundiales en aves y en sus múltiples viajes por todo el mundo logró observar y describir unas 8.000 especies diferentes. 
Su caso es el ejemplo de miles y quizás de millones de personas que se curaron espontáneamente de un cáncer o de cualquier otra enfermedad terminal o incurable, cuando decidieron dar un brusco y total cambio de rumbo a sus vidas.
Muchas personas con curaciones espontáneas habían abandonado su rutina anterior y habían emprendido un estilo de vida que les resultaba más satisfactorio y que les hacía más felices
No hay duda de que las emociones positivas derivadas de conseguir llevar a cabo las soñadas expectativas de vida fueron suficientes para poner en marcha los mecanismos de autocuración generados por los neuropéptidos. En algunos casos pueden haber actuado sobre el sistema inmunitario, en otros sobre el sistema endocrino y probablemente en muchos otros casos sobre la combinación de ambos. Por un lado, eliminando las condiciones de la enfermedad y, por otro, potenciando la energía vital para restablecer la salud. Si bien en el caso de Cousins se trató de una acción racional y planificada, en el caso de Phoebe y en muchos otros, las emociones actuaron de forma subconsciente, sin que la persona llegase a percibir el proceso bioquímico iniciado por sus emociones positivas.
La curación chamánica
Para cada remedio elaborado por el ser humano, hay una molécula química elaborada por nuestro organismo. Si fuésemos capaces de utilizar nuestra farmacia interna en lugar de depender de la síntesis química y su secuela de efectos secundarios indeseados, el restablecimiento de la salud se transformaría en un proceso natural y al alcance de todos.
El desafío del futuro es si seremos capaces de controlar las emociones para evitar que las percepciones negativas produzcan desequilibrios en la homeostasis del organismo y de que derive en una enfermedad, y si seremos suficientemente hábiles como para provocar emociones positivas que activen los neuropéptidos necesarios para nuestra autocuración. 



viernes, 24 de junio de 2016

Un profesor de Stanford asegura que si eliminas dos frases de tu vocabulario puedes tener más éxito

    


La forma de hablar no solo afecta la manera en que los demás te perciben sino que también tiene el potencial para incidir en tu comportamiento.

Cambiar una palabra por otra podría ayudarte a lograr tus objetivos.

Así lo asegura Bernard Roth, profesor de ingeniería de la Universidad Stanford y director académico del Instituto de Diseño Hasso Plattner de Stanford, el d.school.

En su nuevo libro, The Achievement Habit, Roth sugiere algunos cambios lingüísticos que pueden ayudarte a tener más éxito. He aquí los dos más sencillos:

1. Cambia ‘pero’ por ‘y’

Es probable que en alguna ocasión te sientas tentado a decir: “quiero ir al cine, pero tengo que trabajar”.

En su lugar, Roth sugiere que digas: “quiero ir al cine, y tengo que trabajar”.

Escribió: “Cuando utilizas la palabra pero creas un conflicto, a veces una razón, que en realidad no existe”. En otras palabras, es posible ir al cine y también hacer tu trabajo, solo tienes que encontrar una solución.

En cambio, cuando utilizas la palabra y, “estás obligando a tu cerebro a procesar ambas partes de la frase”, explicó Roth. Quizá veas una película más corta o tal vez delegues parte de tu trabajo.

2. Cambia ‘tengo que hacer’ por ‘quiero hacer’

Roth recomienda un ejercicio sencillo: la próxima vez que pienses ‘tengo que’, cambia tengo porquiero.

“Este ejercicio es muy efectivo para que las personas tomen consciencia de que lo que hacen en su vida, incluso las cosas que encuentran desagradables, es porque lo han elegido”, comentó.

Por ejemplo, uno de los estudiantes de Roth sintió que tenía qfías a tu forma automática de pensar y puedes percibir las cosas como realmente son.

Cuando utilizas un lenguaje diferente puedes percatarte de que un problema no es tan difícil de resolver como parece y que tienes más control sobre tu vida de lo que realmente crees.ue matricularse en los cursos de matemáticas que requería su programa de posgrado, a pesar de que los odiaba. Después de terminar el ejercicio, se percató que realmente quería tomar las clases ya que el beneficio de completar los cursos era mayor que la incomodidad de asistir a las clases que no disfrutaba.

Ambos cambios se basan en un componente clave de la estrategia de resolución de problemas llamada pensamiento de diseño


Cuando utilizas esta estrategia, desafías a tu forma automática de pensar y puedes percibir las cosas como realmente son. 

Cuando utilizas un lenguaje diferente puedes percatarte de que un problema no es tan difícil de resolver como parece y que tienes más control sobre tu vida de lo que realmente crees.


Por Shana Lebowitz


jueves, 16 de junio de 2016

10 COSAS QUE PUEDES HACER AL COMENZAR TU DÍA


Hay personas a las que la mañana les resulta muy llevadera y las hay a las que les cuesta empezar el día con energía. Una gran mayoría de personas posponen alarmas, se "caen" de la cama y se ponen la primer prenda de ropa que encuentran, antes de sumergirse en su día sin un plan.  Sin embargo, uno puede no ser una "persona matutina" para beneficiarse de los siguientes hábitos matutinos. 

Con estos consejos, puedes optar por que tu comienzo de día sea diferente y tomes decisiones conscientemente. Ser consciente aumentará las probabilidades de sentirse bien, ser más productivo y terminar el día más feliz.


1. Meditar

Meditar o simplemente practicar un poco de respiración consciente puede ayudarte a comenzar el día con una sensación de calma. En lugar de despertar y controlar las notificaciones y correos del teléfono a primera hora, toma solo unos minutos para reposar y experimentar la tranquilidad.

Hay un montón de actividades durante nuestro día, pero hacer un compromiso para iniciar con una energía más tranquila establecerá el tono para el resto del día y te ayudará a aumentar tu enfoque, energía y optimismo.

2. Reflexionar con gratitud

- "Si la única oración que pronunciaste en toda tu vida fue: "gracias", eso es suficiente". - Meister Eckhart

Comienza el día con una reflexión sobre aquellas cosas por las que estás agradecido. Una práctica constante de gratitud por las mañanas aumentará tu conciencia de gratitud por todo el día. También te hará más resistente cuando se produzcan problemas y te ayudará a poner en perspectiva tus prioridades.

3. Establecer una intención diaria

En la tranquilidad de la mañana, antes de apagar los incendios que se necesiten apagar, planifica tu día, centrándote en tres objetivos que deseas lograr. Haz que esas metas sean una prioridad para el día. Cuando estableces una planificación de tu día con intenciones, estás más propenso a sentirte productivo al final de la jornada.


4. Ir completando  tu horario

A medida que piensas tus intenciones diarias, rellena tu horario para permitirte a ti mismo atender a las eventualidades que se presenten. Ir completando  tu horario y dejar lugar para tiempo libre te dará una mejor oportunidad de alcanzar metas. Incluso puede ayudarte a tener más tiempo de ocio durante el día, ya que los momentos de productividad estarán mejor definidos.

5. Hidratación

El cuerpo se despierta deshidratado, por lo que es muy importante beber agua a primera hora de la mañana. Se sugiere beber la mitad de todo el consumo de agua al día llegando a la media mañana. El agua limpia tu sistema de toxinas, te ayuda a sentir menos hambre y a reducir los dolores de cabeza durante todo el día.

6. Estiramiento

Muchas personas despiertan sintiéndose un poco contracturadas o duras. No siempre es fácil de incorporar ejercicio en una rutina de la mañana, por eso es bueno poder añadir una secuencia estiramiento muscular, aunque sea breve, para el horario de mañana.
Una rutina de estiramiento constante por la mañana aumenta la flexibilidad, mejora la circulación, reduce el estrés durante el día y mejora la postura.


7. Escuchar música
Comenzar el día con música alegre y divertida no solo ayudará a que te despabiles sino que además te llenará de energía positiva para su día. Un estudio de 2013 encontró que la música nos hace sentir bien. De acuerdo con los participantes del estudio, los dos beneficios más importantes de escuchar música son "la regulación del humor" y "conciencia de sí mismo." No solo ha sido demostrado que mejora el estado de ánimo, sino que además puede llegar a aumentar la motivación, el rendimiento y dar lugar a una mejor noche de sueño también.



8. Sonrisa
Comienza tu día con una sonrisa hacia ti mismo en el espejo del baño. Sonreír tendrá un efecto positivo en tu actitud general y tu bienestar, incluso cuando se sienta un poco forzada. Sonreir te hace más accesible y confiable. De hecho, la Universidad de Montpellier descubrió que la sonrisa también convierte a las personas en líderes más eficaces.

9. Limpiar a diario

Tu vida puede ser muy ocupada y la rutina de la mañana puede ser muy de prisa. Puede ser muy tentador cuando se está saliendo de casa, dejar detrás de uno su ropa en el suelo, los platos en el fregadero o dejar la basura afuera hasta más tarde. Pero debes saber que la dilación en torno a limpiar tu metro cuadrado puede impedir descubrir nuestro más alto potencial, ya que acorta nuestro tiempo libre. Limpiar nuestro hogar con tiempo te permite relajarte totalmente al regresar a casa. Es mejor ser proactivo y limpiar nuestra casa de vez en cuando, en lugar de que sea la necesidad de hacerlo lo que nos obligue a ordenar y barrer un día entero.

10.Con alegría la tarea menos fácil, ¡para comenzar!

Podría parecer motivadora la idea de tachar muchas cosas "fáciles" de nuestra lista, pero se ha demostrado una y otra vez que hacer sacarse de encima la tarea más difícil primero, conduce a un día más productivo y más feliz. Usted tiene más probabilidades de recordar el día como uno bueno cuando el día se pone mejor y más fácil con el tiempo. Además, ayuda a detener la dilación sobre las cosas que no nos gusta hacer.


"Cuando te levantas por la mañana, piensa  en el precioso privilegio que es estar vivo; respirar, pensar, disfrutar, amar. "~ Marco Aurelio 


miércoles, 8 de junio de 2016

ACERCA DE TI




por Prem Rawat

Me gustaría dedicar un momento a hablar de ti. ¿Por qué te conozco? Porque, a un nivel básico, no eres diferente a mí. No me refiero a tus logros, ni a tu potencial, ni a las cosas por las que has pasado. Pero, a nivel del ser humano –en el que estamos tú y yo– hay algo que tenemos en común. Yo estoy vivo y tú estás vivo. Un aliento entra en mí y un aliento entra en ti. Lo que buscas es la felicidad, independientemente de los medios con los que crees que puedes conseguirla. Anhelas la felicidad, la alegría, la paz; y eso es lo que anhelo yo también. Así que, te hablo a ese nivel básico, no como un catedrático, ni como un predicador, ni siquiera como un maestro, sino de un ser humano a otro.

Estamos atrapados en un increíble torbellino de cambios. Todo lo que nos rodea está en continuo estado de cambio. Cambian los pensamientos, las ideas, las percepciones… Y tú cambias sin cesar mientras tratas de luchar contra los cambios. Y en algún momento de tu vida, quizá llegas a esta conclusión: ya basta de luchar contra los cambios, dejemos que vengan. En medio de todos esos cambios, ¿podría haber algo que no cambia? No cometes ningún error al buscar esa cosa que no cambia. Es inherente a tu naturaleza buscarla para poder tener algo en tu vida llamado estabilidad, poder reconocer los cambios sin dejar de tener la dignidad de ser quien eres.

¿Quién eres? Tener esta vida ha sido una bendición increíble para ti. Es algo mucho más importante de lo que piensas. Mucha gente dice: “Yo soy yo. He hecho esto y lo otro. No es para tanto”. Pues bien, te diré que eres totalmente único. No hay nadie como tú sobre la faz de la Tierra y, de hecho, ya lo sabes. Tu forma de sonreír, de ver, de pensar, de reír, de llorar, de caminar, tu forma de saber y de no saber… es algo completamente único. Una vez que te vayas, nunca serás reemplazado; jamás.

El milagro es que esta respiración entró en ti y estás vivo.

Puedes pensar, y comprender, y sentir. Todo eso es un milagro, y tiene lugar dentro de cada ser humano. Cuando el sol sale o se pone, toca un acorde de apreciación en ti, y dices: “¡Qué bonito!”. Cuando alguien toca la guitarra melodiosamente y con sentimiento, hace sonar una nota dentro de ti. Pues bien, déjame preguntarte algo: ¿es posible que también haya paz en ti, pero que no hayas encontrado lo que puede evocarla? ¿Podría ser así de sencillo? ¿Sin una conferencia mundial? ¿Sin “líderes” que se reúnen para hacer propuestas de paz?

Te estoy diciendo que la paz ya está dentro de ti, que lo que buscas está en tu interior. ¿Podría ser que eres más completo de lo que crees? ¿Podría ser que la paz haya sido colocada dentro de ti, en tu corazón, para que sepas dónde encontrarla?

Lo que necesitas es que el tambor de la claridad redoble en tu vida, y eso hará que suene el ritmo de la paz. Tu patrimonio no lo constituyen las cosas que tú crees. Tu verdadero activo es la claridad que reside en ti, tu conciencia, tu capacidad de comprender la paz que hay en tu interior. Ése es tu patrimonio. Sin eso, sin el reconocimiento de lo Divino que mora en ti, buscarás y buscarás. Y cuanto más busques, más te desilusionarás. Esto que te digo, ya lo sabes, y no porque alguien te lo haya dicho, sino porque es parte de lo más básico que existe dentro de cada ser humano, del material que realmente eres, no de tus ideas.

La paz es una realidad. La alegría que está dentro de ti también es una realidad. ¿Qué necesitas? Necesitas a alguien que pueda mostrarte el camino interior, alguien que coloque un espejo ante ti para que puedas ver quién eres. Aquí lo esencial es ver realmente. Puedes escribir un libro acerca del agua, o de un vaso, pero saciar la sed es una experiencia que hay que tener. Lo que buscas está dentro de ti. Si necesitas ayuda para encontrarlo, yo puedo ayudarte. Eso es todo. Es sencillo; el hecho de estar aquí es hermoso por naturaleza.

Comprende esa sencillez, esa belleza, lo que significa estar vivo. Aprende a disfrutar de lo que más se puede disfrutar. Llena tu vida.


martes, 7 de junio de 2016

LA EPIGENETICA


              

La Epigenética es una corriente de la biología que estudia la influencia del medio ambiente y las condiciones exteriores sobre los genes. Literalmente significa “control sobre la genética”. Los recientes estudios epigenéticos están revolucionado la manera en que los científicos piensan que está controlada la vida. ¡Los genes NO son nuestro destino!, no son algo inamovible y determinante como se creía hasta ahora. Las influencias del medio ambiente, incluyendo la nutrición, el estrés y las emociones, pueden modificar los genes, sin cambiar la secuencia básica del ADN, y más asombroso aún, estas modificaciones pueden pasar a las nuevas generaciones.

El Dr. Bruce Lipton es un biólogo celular, investigador en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y autor del libro The biology of belief (2005). Realizó una serie de estudios innovadores sobre la membrana celular, que revelaron que esta capa externa de las células es un homólogo orgánico de un chip de computadora, el equivalente celular del cerebro humano. Sus estudios revelaron que el medio ambiente, el cual opera a través de la membrana celular, controla el comportamiento y la fisiología de la célula, apagando y encendiendo a los genes.

Aplicó un concepto básico de la física cuántica al campo de la biología celular, “…el universo cuántico es un conjunto de probabilidades susceptible a los pensamientos del observador”. Mientras que la biología celular tradicional se ocupaba de las moléculas físicas que controlan la biología, Lipton se centró en los patrones químicos y electromagnéticos a través de los cuales la energía en la forma de nuestros pensamientos y creencias puede afectar nuestra biología, incluyendo el genoma humano.

El asunto novedoso es que sus descubrimientos indican que la mente controla las funciones del cuerpo y eso implica que nuestros cuerpos pueden ser modificados a medida que cambiamos nuestra manera de pensar. Nuestras creencias interactúan con la infinitud de probabilidades del universo cuántico, y éstas afectan a las células de nuestros cuerpos, contribuyendo a la expresión de diferentes potenciales genéticos.

Algunos conceptos tomados del libro The Biology Of The Belief :

Las células aprenden a través de la experiencia, de su contacto con el medio que las rodea, y luego guardan una memoria que les permite adaptarse mejor y anticiparse a los cambios en las condiciones. Es decir, ¡son inteligentes! Esta memoria incluso se mantiene intacta en las células de los órganos donados.

Estudios del genoma han indicado que los seres vivos comparten sus genes no sólo entre individuos de la misma especie –a través de la reproducción– sino entre individuos que no son de la misma especie. Esto ha sido una adaptación evolutiva para aumentar la sobrevivencia de los seres vivos en el planeta ya que los genes son memorias físicas de las experiencias aprendidas por todos los organismos vivos.

Se ha demostrado que la evolución de los seres vivos depende más de la interacción entre las especies que de la interacción entre los individuos de una misma especie. En otras palabras, si el ser humano quiere sobrevivir tiene que ocuparse también de su relación con los otros seres vivos del planeta tierra y no sólo entre los humanos.

Hay enfermedades que sí son causadas por un gen, pero éstas equivalen a menos del dos por ciento de las que sufre la población mundial. La mayoría de la gente viene a este mundo con genes que deberían permitirles vivir una vida feliz y saludable. Las dolencias más comunes actualmente como la diabetes, la enfermedad del corazón y el cáncer no son el resultado de un solo gen sino de la interacción entre múltiples genes y sobre todo de los factores medio ambientales.

La idea de que los genes controlan la biología humana es una suposición que nunca ha sido probada, por el contrario, ha sido rebatida por las últimas investigaciones epigenéticas.

El libro La Biología de la Creencia, de Lipton, promete ser la verificación científica de la unidad cuerpo-mente-espíritu.

viernes, 3 de junio de 2016

VIBRACIONES SONORAS




Todos los cuerpos son sensibles a las vibraciones sonoras, con la diferencia de que cada uno tiene su propia frecuencia vibratoria, y no todas las frecuencias son audibles para el oído humano. Hay infinidad de cuerpos que emiten sonidos que nuestro oído no percibe.

Cada ser tiene su propia "nota tonal", cada persona,cada planeta, cada sistema galáctico. La NASA ha grabado con sus sistemas satelitales, de la música estelar de los acontecimientos de eyección de plasma solar, y de distintos astros. 

Las distintas vibraciones, emiten frecuencias que se imprimen en los cuerpos y se manifiestan de distintas maneras en quienes las reciben, entre ellas,  afectan las manifestaciones en la personalidad, aún cuando esas vibraciones sonoras sean inaudibles para el oído físico.

 Los acordes que acompañan la nota fundamental son los que proporcionan mayor riqueza de sonidos. Todos los cuerpos son sensibles a las vibraciones sonoras y todos tienen capacidad para generarlas y ser afectados por ellas. 

A una frecuencia y sonido determinados, el aceite que flota sobre el agua, se convierte en un líquido homogéneo con el agua. Sin aumentar la temperatura de un huevo se le puede transformar en estado de cocido y así es posible conservarlo fresco durante algunos meses. 

Lo mismo ocurre con las frutas. Determinadas bacterias resisten al calor y al frío intensos, pero mueren rápidamente al someterlos a ciertas frecuencias ultrasonoras. Las semillas de algunas plantas aceleran el proceso de germinación y madurez al ser sometidas a determinadas frecuencias vibratorias. Recuerden, “En el principio fue el Verbo” y "Pasarán todas las cosas, pero mi Palabra no pasará"