Las cosas negativas que vivimos como la depresión, no son cosas que le ocurran a uno porque sí.
Uno no «cae» en una depresión, sino que la crea, lo mismo que cualquier otro «resultado» de la vida, mediante unas acciones mentales y psíquicas determinadas.
El que se siente deprimido está contemplando su vida de una manera particular, y se dice ciertas cosas a sí mismo con una cierta entonación precisa, y adopta una postura específica y un ritmo de respiración típico. Cuando uno quiere sentirse deprimido, por ejemplo, suele ser útil dejar caer los hombros y mirar con frecuencia al suelo.
Cual es el canal sensorial que está abriendo ahí?
Hablar con un tono de voz tristón e imaginar que le ocurren a uno las peores situaciones posibles también contribuye mucho. Y si estropea usted la bioquímica de su organismo por medio de una dieta incorrecta, o abusando del alcohol u otras drogas, ayuda a su cuerpo a reducir el nivel de azúcar en la sangre y la depresión está prácticamente garantizada.
Lo que pasa es que sencillamente, se necesita un esfuerzo para crear una depresión.
Es una actividad laboriosa y que exige ciertos tipos de acciones específicas.
Sin embargo, algunas personas han creado ese estado tan a menudo que les resulta sumamente fácil producirlo.
En realidad, con frecuencia aciertan a vincular este modelo de comunicación interna con los acontecimientos externos de muchos tipos.
Y en algunos casos obtienen de ello muchos beneficios de orden complementario —como atención por parte de los demás, compasión, cariño, etcétera—,( es la intención positiva oculta en el inconsciente de esos comportamientos y formas de conducirse en la vida), de manera que adoptan dicho estilo de comunicación como su modo de vida habitual.
Quienes llevan mucho tiempo viviendo así acaban por encontrarlo real y verdadero; se identifican con ese estado.
Sin embargo, uno puede todavía cambiar sus propias acciones mentales y físicas y, por tanto, modificar inmediatamente sus emociones y su comportamiento.
Para ello es necesario hacer un alto en la vida y preguntarse: ¿es así como verdaderamente me es grato vivir???? O.... ¿Como me gustaría???
Se puede entrar en un ESTADO POSITIVO y VERDADERAMENTE CONFORTABLE, adoptando directamente el punto de vista que produce dicha emoción. Traiga usted a su mente la clase de cosas que podrían crearla.
Cambie la visión interior, asóciese a un estado positivo que elija vivenciar, cambie el tono y el contenido de su diálogo consigo mismo. Adopte las posturas específicas y los ritmos de respiración que crean tal estado en su organismo, y HURRA! Ya está usted experimentando el CAMBIO.
La grandiosa virtud de este cambio interior, es que cambia la frecuencia de su sentir a tal punto de “realidad”, que se transforma en un “limpiador” poderoso de memorias negativas ancladas en su inconsciente en los distintos niveles de profundidad ( capas de memoria grabada antigua) y corrige el rumbo de su experiencia conscientemente. Recuerde que en el “computador de su mente” usted es quien dirige los comandos para llegar a buen resultado.
Si desea ser compasivo, cambie sus acciones físicas y mentales para que correspondan a las que exige esa disposición de ánimo llamada compasión. Lo mismo ocurre con el amor o cualesquiera otras emociones.
Otra metáfora viviente, es que podemos imaginar el proceso de la creación de estados emocionales como algo parecido al trabajo de un realizador cinematográfico.
Para obtener los resultados exactos que se ha propuesto, el director de una película manipula lo que usted ve y oye.
Si le quiere asustar, aumentará el volumen de la banda sonora y presentará en la pantalla, exactamente en el momento oportuno, algún efecto especial.
Si quiere hacer que se sienta usted exaltado, arreglará la música, la iluminación y todo lo que haya de aparecer en pantalla para conseguir tal efecto.
De un mismo argumento, un realizador puede sacar una comedia o una tragedia, según lo que decida llevar a la pantalla.
Usted puede hacer lo mismo con la pantalla de su mente. Puede dirigir su actividad mental, que es la base de toda acción física, con la misma habilidad y eficacia.
Puede aumentar la iluminación y el volumen de los mensajes positivos de su cerebro, y quitar luz y sonido a los negativos.
Puede dirigir su cerebro con la misma maestría con que Steven Spielberg dirige sus películas, con la diferencia que ESTA ES SU VIDA.
Algunas de estas cosas parecerán difíciles de creer.
Usted seguramente no creerá que basta mirar a una persona para saber lo que está pensando, o que usted mismo es capaz de movilizar sus recursos internos más poderosos mediante un simple acto de la voluntad.
Pero si hace cien años hubiera sugerido que los hombres pisarían la Luna, se le habría juzgado de loco.
Si hubiera dicho que se podría viajar de Santiago a Sao Pablo en 5 horas, le habrían llamado soñador absurdo. Para hacer posibles esas cosas sólo faltaba el dominio de ciertos conocimientos, técnicas y de las leyes de la aerodinámica.
Más aún, en la actualidad una empresa China está trayendo un tren de alta velocidad que, según dicen, trasladará a los pasajeros de Santiago a Valparaíso en 40 minutos.
Con estas herramientas tiene acceso a recursos que nunca había creído posible poseer.